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¿Hay que mejorar la raza? #Opinión.

  • caferadioc
  • 19 ago 2014
  • 2 Min. de lectura

Por: Olga Rocío Jiménez/ voces@impetumexico.org


La gente desacomoda las tiendas sólo por encontrar su nombre en un envase y postean triunfales la foto de su botella personalizada en redes sociales. ¿Sentirse parte importante de algo? ¿Juego? ¿Sentirse identificado? Sí, todo eso encierra la estrategia de ventas de la famosa bebida azucarada.


Pretensiones comerciales de Coca Cola a parte, la campaña ha encontrado cauce también en las redes con la publicación de memes. Entre esos virales gráficos encontramos algunos como el de arriba. ¿Qué ofensa o qué gracia hay en ellos? Ninguna, sólo una terrible pobreza educativa en la materia de Historia. Una ignorancia espantosa de quien también lleva sangre de los primeros/as pobladores/as de América en sus venas.


¿Por qué?

El término “indio” está totalmente mal empleado, ya que en su época Colón y sus tripulantes creían haber descubierto las Indias. Así, en nada se relaciona la palabra “indio” con la población – que también erróneamente – hoy llamamos indígena.


“Ay, pero qué indio estás”, “¡No seas indígena!”, “¡Qué indio!” son las frases que se pronuncian en nombre del racismo mexicano.

Existen dos trabajos que nos ayudan a comprender el tema. Uno es La otra conquista, filme de Salvador Carrasco, que nos expone que esa retrógrada idea sobre la existencia de superioridad de razas, no es reciente, ni de generación espontánea. En este largometraje el protagonista Topiltzin ve convertirse su verdad en humo. Sucumbiendo ante el nuevo Dios en nombre del cual los conquistadores irrumpieron con violencia en las culturas prehispánicas ya establecidas.


El otro trabajo se trata del libro La tinta negra y roja de Miguel León Portilla que muestra el avance espiritual e intelectual prehispánico a través de una compilación de textos, en su mayoría del género poético, escritos en idioma náhuatl y que deja sin argumentos a quien emparenta el ser indígena con ser inculto o tonto.


Ellos/as, a quienes llamamos indígenas, no deben su marginación social a falta de capacidad o estupidez, son las circunstancias en las que han tenido que sobrevivir y al desprecio que han sufrido como seres humanos hasta el presente.

Créame, la raza no se mejora procreando descendencia blanca y rubia. Mejora con educación, mejora ampliando nuestros horizontes mentales, aportando lo mejor de nosotros/as y luchando ante la injusticia. El día que México deje de discriminarse a sí mismo, ese día va a mejorar la raza.


Recuerda visitar www.djovenes.org/archivo

La información y opinión expresadas en esta columna son responsabilidad de su autora

 
 
 
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