top of page
Buscar

No somos machos, ¿pero somos muchos?

  • caferadioc
  • 12 may 2014
  • 2 Min. de lectura

Por: @LuisTeGu


Es increíble la manera en la que la aceptación hacia la comunidad gay ha avanzado, hace algunos años era inconcebible ser abiertamente gay y actualmente es inaceptable ser abiertamente homofóbico. A pesar de esto, se siguen viendo actitudes y opiniones homofóbicas de ciertas instituciones o personas con bastante influencia, de las cuales podemos destacar la que protagonizó Guido Barilla, quien es presidente de esta famosa marca de pastas, cuando afirmó que no haría publicidad con homosexuales debido a que solo están a favor de la familia tradicional, rematando con la frase “Si los gays no están de acuerdo, siempre pueden comer pasta de otra marca”.


Pero bueno, esta no es ni será la última opinión o actitud en contra de esta comunidad. Tomando otro caso, cercano por cierto, quiero hablar del número 41. Para muchos este número no significa nada, pero tiene una mitología muy “extravagante”, incluso tiene una frase, "Treinta y nueve, cuarenta, cuarenta y dos... del cuarenta y uno me zafo yo”. Dicen por ahí que en México el número 41 no tiene validez: que a los 41 hasta “el más macho comienza a usar vestido y tacón, que preferible es tener treinta y once que contar cuatro décadas y un pilón..."


Todo comenzó en una casa, donde se celebraba una fiesta muy escandalosa; los vecinos hartos del ruido alarmaron a las autoridades. Gran sorpresa se dieron cuando entraron a la casa para descubrir una fiesta de 42 hombres, la mitad de estos vestidos elegantemente con traje mientras que la otra mitad festejaban vestidos como mujeres y cuando escribo “como mujer” me refiero a pelucas, joyas y vestidos.


41 es el número de personas que fueron arrestadas bajo el delito de “dañar las buenas costumbres”.

¿Cómo que arrestaron a 41 personas si eran 42? Aquí es donde se puso incómodo para Porfirio Díaz. Uno de los presentes en este evento, nombrado por la prensa mexicana como “el baile de los 41 maricones”, era el mismísimo Ignacio de la Torre y Mier, esposo de Amanda Díaz, la hija consentida de Don Porfirio.


Por supuesto que sobre el miembro número 42 no se supo hasta después, ya que su poderoso suegro escondió cualquier evidencia para proteger su reputación y sobre todo el honor de su hija. Asimismo el Gral. Díaz trató de censurar a la prensa para evitar un escándalo pero la noticia salió a luz. El mismo Posada hizo una caricatura publicada junto al título: “Aquí están los maricones, muy chulos y coquetones”.


Y es de esta extraña y jocosa historia de donde sale el desuso en México del número 41.

 
 
 
SECCIONES
Lo más reciente
bottom of page