Recuerdos de Vampire Weekend
- caferadioc
- 2 abr 2014
- 3 Min. de lectura
Por: @Anton_Tec
Mi decisión por escribir los martes recae en que me han dicho que es el día favorito para comprar música.
Al parecer los martes la gente goza de ir una tienda de música, ver el catálogo o checar si está disponible lo que busca y llevárselo a su casa con una sonrisa en la cara. Es extraño.
Hace mucho no me doy el lujo de comprar algo nuevo, pero sé que cuando pueda hacerlo me sentiré tan bien que no importará lo demás. Escuchar música es una de las pocas alegrías que la vida te otorga. Eso en el sentido más cursi.
La música puede ofrecer mezclas eclécticas de instrumentos capaces de hacer temblar y vibrar cada fibra de nuestro ser. Desde la energía del punk hasta lo bailable de la onda disco funk o para estos tiempos, la música dance.
Son impresionantes los arreglos de las canciones y de los distintos géneros. En la música, temer a lo desconocido no es bueno. La calidad de una banda se ve exigida en cada álbum.
Años atrás, miraba en la televisión aquél canal que era referente de la música, me topé con un video. El momento exacto en el lugar exacto. El video mostraba a la banda en un cuarto vacío, los integrantes se movían de manera extraña con instrumento en mano mientras tocaban la canción. Era una canción divertida, los primeros sonidos emitidos de la guitarra llamaron mi atención de instantáneamente, era un video sencillo, sin gran escenario, ni efectos, solo la banda. Me pareció una canción y una banda divertida. Acabando el video miré con atención el nombre de la canción y de la banda: A-punk de Vampire Weekend.
La banda compuesta por Ezra Koening en guitarra y voz, Chris Tomson en percusiones, Chris Baio en el bajo y Rostam Batmangli en teclados y guitarra; demuestran la influencia y el resultado de sus experimentos con distintos géneros, en especial la africana.
La agrupación presenta un sonido polifacético en sus diferentes materiales, lleno de energía y arreglos en los diferentes instrumentos desde las distorsiones de la guitarra, el sintetizador capaz de crear una atmósfera divertida u oscura en su momento, las percusiones se destacan en cada una de las diferentes canciones; y no se hable del falsete de Koening. Su evolución musical es notable en cada material y en cada canción.
Canciones como Bryn, Cape Cod Kwassa Kwassa, A-punk, Walcott, Diplomat’s Son, California English, I Think Ur a Contra, Horchata, Holiday, Diane Young, Ya Hey, Worship You, Unbelievers demuestran la capacidad de la banda por reunir y armonizar los diferentes instrumentos de una manera cálida, sencilla y a veces compleja. La creatividad no sólo se reduce a la calidad del sonido, sino también es llevada a las letras llenas de referencias de lugares, productos, historia, otras bandas – como Modest Mouse- y en su más reciente material, Modern Vampires Of The City, la muerte.
Una de mis bandas favoritas sin duda alguna. Para mi suerte tuve la oportunidad de ver a ésta banda en la edición pasada del Corona Capital, y si bien algunas canciones en vivo no le hacen justicia a las versiones de estudio, uno queda con gran satisfacción por el show que dan Ezra y compañía. Lleno de energía y egocentrismo por parte de Koening, un playlist justo. Era la primera vez que los veía en vivo. No me fallaron y espero que nunca lo hagan.
La historia de Vampire Weekend es impresionante, pasaron de ser el tercer lugar de una batalla de bandas de la universidad a ser una de las bandas más importantes de la escena indie. Y pensar que todo empezó con un video: